El dinero y la sensación de abundancia.

¿Qué significa la abundancia? Para mí, la abundancia es la sensación de que tenemos un poquitito más de lo que necesitamos. Significa disfrutar un poquitito más de las cosas.
Podemos tener abundancia de cosas materiales, de dinero, de amor, de amigos, chupetines… todo cuenta.
La abundancia es una sensación de plenitud y algo más. Disfrutemos plenamente de lo que ya tenemos, y no nos quedemos con la sensación de que algo nos “falta”.
También es necesario disfrutar de la abundancia en sí misma. Disfrutar y “usar” al máximo eso que tenemos. Siempre. No dejarlo estancado. Nunca guardar “para alguna ocasión” que quizás nunca se presente.
Lo primero que debemos hacer para sentir esa abundancia, es sentir que la merecemos.
Cuando pensamos en abundancia, por lo general, hay una asociación directa a pensar en el dinero.

El dinero posee una energía muy potente, nos da la sensación de que podemos hacer cosas, y que podemos obtener todo lo que queramos con él. En el mundo actual es muy necesario para todo, nos abre muchas puertas y nos da sensación de seguridad. Nos ayuda a elevar nuestro estado de merecimiento, que no es otra cosa más que “creérnosla”.
También se asocia el hecho de conseguir dinero con el esfuerzo. Está muy bien, es cierto que a veces debemos esforzarnos, cuesta un poco, y sí debemos esforzarnos en el sentido de poner todas nuestras antenas en funcionamiento. Pero no debe ser un sacrificio el conseguirlo, debemos quitar la idea de todo lo negativo relacionado con él.
No es malo tener dinero, ni querer conseguirlo, ni cobrar justamente por realizar un trabajo.
Si creemos que el dinero es bueno, y que es bueno para mí especialmente, nos vamos a permitir que realmente llegue a nosotros.
El dinero para poder cumplir su función de darnos bienestar, debemos gastarlo. Así como lo ganamos, lo debemos gastar. Ponerlo en movimiento. De lo contrario solo estaríamos acumulando dinero, y no generando bienestar, que en realidad es lo que queremos. Ser abundantes.

Tampoco es malo guardarlo. Pero al hacerlo debemos saber para qué lo estamos haciendo. Siempre con un fin definido. Sino estaremos enviando al universo un mensaje de que no sabemos lo que queremos hacer con él. Debemos juntarlo para comprarnos ese par de zapatos, o ahorrar para un auto nuevo, o lo que queramos. Ponerlo en un sobrecito, y anotar en él lo que vamos a comprar con el dinero.
Jamás debemos guardar el dinero “por si pasa algo”. Porque el mensaje ahí va a hacer que el universo entienda que estamos listos para que “algo” ocurra, y no siempre los imprevistos suelen ser cosas buenas.
Lo mismo pasa si estamos acostumbrados a acumular cosas que no usamos. Nos da la idea de que está bien andar por ahí juntando cosas, y que podemos incorporar a nuestras vidas cosas inútiles, esto nos genera un consumismo innecesario que nos impide conseguir lo que sí necesitamos y nos hace falta.
Además, nos hace sentir que lo que tenemos no nos sirve, que lo del otro siempre es mejor, o que nada nos va a servir de lo que tengamos, y ahí ya entramos en un estado de desmerecimiento total, nos quita la energía, y nos acostumbra a que las cosas estén mal y que a pesar de todo podamos seguir viviendo así, y solo alimentaremos un círculo destructivo.
Limpiemos, tiremos lo inútil, renovemos, usemos y agradezcamos lo que tenemos, que estoy segura es mucho más de lo que uno cree. Pidamos más, que tenemos derecho a hacerlo, y nos lo merecemos.
No nos posterguemos aquello que queremos conseguir, ya sea un viaje, comprar algo para nosotros o nuestros seres queridos, o las cosas cotidianas como arreglar esa canilla que pierde. Podemos permitirnos arreglarla. Podemos permitirnos ser abundantes.
Generemos movimiento y acción, para que la abundancia nos llegue, que el dinero nos llegue desde todos lados y sobre todo no se nos escape.
¡Y que nos bañe de pies a cabeza!

Un Saludo
Carmen, Asesora profesional de Feng Shui.

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